La terminación correcta de una relación médico-paciente
tiene que enfocarse en mantener la continuidad de la
atención a la paciente. El médico debe realizar intentos
razonables para proveer aviso de la terminación y ayudar a
la paciente a buscar otro proveedor. El aviso de terminación
debe ser por escrito. El tiempo adecuado puede ser 30 días,
pero algunas pacientes podrían necesitar más tiempo. En el
caso de madres embarazadas esto es particularmente
importante y, en madres que cursan su tercer trimestre,
podría ser imposible encontrar otro proveedor. Terminar la
relación médico-paciente en esos casos podría no ser
apropiado. En esos casos, y en casos de madres con
condiciones inestables, el médico podría ser acusado de
abandono de paciente.
El aviso de terminación debe incluir la condición actual de
la paciente y su necesidad de seguimiento. Debe proveérsele
información que la ayude a encontrar otro proveedor, y
ofrecerle copia de su expediente médico al nuevo proveedor.
La terminación de una relación médico-paciente iniciada por
el médico no puede dejar a la paciente desprovista de
atención continuada, y además nunca debe utilizarse como
arma de presión para que la paciente acepte una ruta
terapéutica con la cual no está de acuerdo. Un pilar básico
del consentimiento informado es que éste se otorgue
libremente, sin presiones ni coerciones. La otorgación de
consentimiento informado por parte de la madre a su médico
para la realización de un procedimiento incluye la
posibilidad de que la mujer pueda escoger un procedimiento
diferente al que su médico prefiere. Si no se cumple con
este concepto, entonces el consentimiento no fue libre y es,
por lo tanto, inválido. Este escenario es común en nuestro
país en casos de madres con cesárea previa que le comunican
a su médico que desean intentar un parto vaginal en el
próximo embarazo. Pretender “convencer” a la madre a que
acepte una cesárea repetida basado en información incorrecta
y limitada a cuentos de horror si intenta un parto vaginal,
y sin explicarle los riesgos de una cesárea repetida sobre
este embarazo y sobre futuros embarazos, es coercitivo e
invalida cualquier consentimiento que la madre otorgue para
una cesárea repetida.
José J. Gorrín Peralta, MD, MPH, FACOG, FABM
Obstetra-Ginecólogo
Referencias:
American College of Obstetricians and Gynecologists.
Terminating the physician-patient relationship. ACOG Today,
August, 2008.
American College of Obstetricians and Gynecologists. Ethics
in Obstetrics and Gynecology. 2nd edition. ACOG,
Washington, DC, 2004.
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